Nueve diputados federales del PRD se sumaron a la aplanadora morenista en San Lázaro. Algunos de éstos legisladores son personajes políticos con poca solvencia moral e inmiscuidos en actos de corrupción. Denunciados por el propio Morena.
Lluego de que el PRD expulsara al diputado Mauricio Toledo por haber sido denunciado de extorsión y de pedir diezmo a los funcionarios de la delegación Coyoacán,, casi la mitad de los diputados de la fracción se solidarizaron con Toledo y abandonaron al partido del sol azteca para poder votar con libertad en favor de las propuestas del PRD.
Y vaya que es simbólico que Mauricio Toledo, Héctor Serrano y Ricardo Gallardo, tres tuhanes acusados de corrupción, fraudes electorales, amenazas de muerte y uso facciosa de sus atribuciones hayan a incoado su salida del PRD con el fin de darle mayoría calificada a Morena para aprobar la prisión preventiva oficiosa a esos delitos.
Todo parece indicar que lo que Morena ofreció a los perredistas prófugos no es otra cosa sino impunidad.
¿Qué opinará Claudia Sheinbaum que aquel que organizó ataque contra militantes de Morena en Coyoacán ahora es la salvación de Morena?
Morena es un partido conformado con retazos de toda la clase política, pero sobretodose ha convertido en el refugio para la impunidad de toda clase de personajes corruptos, que se cobijan bajo los 30 millones de ciudadanos dispuestos a perdonar a quienes por años les robaron, solo por ser ilegalmente perdonados por el presidente de la República.
Bien dicen que aquel que tolera la primera injusticia termina aceptando los agravios más fuertes. Así los simpatizantes de la Cuarta Transformación, les prometieron un gobierno diferente y que castigaría la corrupción, luego les dieron atole con el dedo y no se enojaron, ahora les dieron a Toledo y no dirán nada.
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